La nueva Ley de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales de nuestro país cada vez está más cerca. Mañana miércoles, y pese a las polémicas generadas por algunos de sus artículos, la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados dará previsiblemente su visto bueno para que el texto propuesto por el Gobierno siga su camino hacia el Congreso y el Senado. Múltiples juristas han dado ya la voz de alarma por considerar que algunos puntos clave de la ley pueden acabar en un excesivo control de internet. ¿Cómo te afectará si finalmente se aprueba?

Pese a que en todo el texto hay aspectos que no gustan a especialistas y activistas, tanto ellos como las asociaciones que luchan por la libertad de expresión en la red han centrado su pelea en tres artículos en concreto: el 85, el 93 y el 94. Unos párrafos que, como comenta Carlos Sánchez Almeida, abogado especializado en derecho en la red y miembro de la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), “son un disparate que solo favorece a los políticos y van a avivar la censura”.

Estos tres puntos, que están enmarcados dentro del añadido de Garantía de los Derechos Digitales impulsado por el PSOE, tienen como objetivo legislar el derecho a la rectificación y el derecho al olvido, y han sido vistos con buenos ojos por la mayoría de los partidos. Pero su desarrollo no ha gustado mucho fuera de los entornos políticos. “Es un brindis al Sol que solo les beneficia a ellos, por eso se han puesto de acuerdo”, apunta Sánchez Almeida.

Art. 85 y el máster de Pablo Casado

Según Sánchez Almeida, este es el artículo más peligroso de todos. Asegura que su forma de legislar el derecho de rectificación es “una chapuza que se salta el control judicial” que encima choca con la Ley de Derecho de Rectificación. que ya garantiza el amparo judicial de la libertad de información y la posibilidad de rectificación.

Por lo que se puede leer en el proyecto de ley, a partir de ahora todo el que quiera que un medio o una plataforma digital retire una información que considere errónea sobre su persona podrá pedir que lo hagan sin tener que pasar por ningún tribunal. El medio no estará obligado a retirarla, pero deberá colocar a la vista un aviso en rojo que muestre que ese contenido “no refleja la situación actual del individuo”.

“Es una norma pensada para casos como el de Pablo Casado y su máster, por eso todos se han puesto de acuerdo para aprobarla. Como ahora la sentencia dice que no hay caso, el PP podría pedir a todos los medios que rectificasen todas las informaciones sobre este asunto sin tener que ir a los tribunales”, explica Almeida. Y no solo hablamos de medios, ya que la ley también habla de redes sociales o foros.

La “amnesia” de los artículos 93 y 94

Tras el polémico 85, los otros dos puntos que han puesto a abogados como Almeida en pie de guerra son el 93 y el 94. Dos párrafos encargados de legislar sobre el derecho al olvido, o a la “amnesia” como aseguran sus detractores.

Según el abogado catalán, estos dos artículos no solo endurecen algo tan delicado como el derecho al olvido, sino que van contra la norma comunitariaque llegó con el RGPD. “Se saltan los límites puestos por la UE, que ya de por sí son duros en este sentido, para poder montar un pasado a medida y evitar que quede constancia en la red de la vida pasada que ellos no quieren que se vea”.

La nueva ley separa el derecho al olvido en dos espacios: los motores de búsqueda, y las redes sociales o servicios equivalentes. Y establece que “toda persona tiene derecho a que sean suprimidos los datos personales que le conciernan y que hubiesen sido facilitados por terceros para su publicación por los servicios de redes sociales y servicios de la sociedad de la información equivalentes cuando fuesen inadecuados, inexactos, no pertinentes, no actualizados o excesivos o hubieren devenido como tales por el transcurso del tiempo, teniendo en cuenta los fines para los que se recogieron o trataron, el tiempo transcurrido y la naturaleza e interés público de la información”.

Es decir, ya no solo podrás pedir a un buscador que borre la información que quieras sobre tu persona, sino que te permite pedir a cualquier red que retire todo mensaje sobre ti que tú no quieres que esté ahí. “Ataca directamente la libertad de expresión y solo busca rediseñar el pasado”.

“Lo mejor es que convoquen elecciones”

En cuanto a sobre si la ley se puede parar o matizar, Sánchez Almeida solo ve una salida posible: la disolución de las Cortes. “En estos momentos los partidos no se ponen de acuerdo en nada, pero sí en censurar internet. Obviamente, porque es algo que les beneficia a todos ellos”, comenta el abogado.

Al tramitarse como una Ley Orgánica, los pasos que aún debe dar el texto son largos y pueden llevar meses. El proyecto debe pasar de la Comisión al Congreso, del Congreso al Senado y finalmente ser ratificada de nuevo por la Cámara Baja. Esa, según Almeida, es la gran esperanza para evitar que la norma se apruebe. “Estamos en una jaula de grillos y la ley está hecha sin pensar. Lo mejor que puede pasar es que convoquen elecciones antes de que se apruebe y el proyecto se frene”, finaliza el abogado.

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